El carro del diablo 4.

A medida que la luz se retiraba, la esfera mostraba un color opaco, casi negro, en el cual destacaba alejándose un pequeño y siniestro punto rojizo.  Los cinco engendros levantaron la esfera por encima de sus cabezas, sin dejar de emitir aquellos extraños sonidos, Poco a poco se fueron aproximando unos a otros, hasta que sus pútridos cuerpos se fundieron en uno solo .

El rojizo punto -que en el fondo de la esfera permanecía esperando- pareció cobrar nueva vida y su tonalidad fue adquiriendo nuevo brillo. Lentamente empezó a crecer, toda ella empezó a vibrar y un zumbido siniestro salía de su interior. Con creciente rapidez, la esfera se fue llenando nuevamente de la fatídica tonalidad rojiza, la cual de pronto, salió proyectada con extrema violencia fuera de ella, en dirección a Herminda.

El choque  fue brutal,  pero a un que su cuerpo vacilo bajo la presión del violento choque, sus pies permanecieron firmes en el suelo. Se reizo al momento, mientras veía  que  estrías de luz, blancas y rojas salían despedidas en todas direcciones. Después de lo que pareció una eternidad, un rayo de blanca luz se destaco del núcleo y comenzó a empujar lenta pero firmemente a la luz roja .Ganaba terreno poco a poco,sin retroceso,  a cada momento ganaba firmeza, por un momento se detuvo su avance, pero de nuevo siguió empujando, sin tregua.  Un siniestro zumbido salia de la esfera, la cual ahora tenia una tonalidad de un rojo vivisimo. Ya faltaba muy poco para que el blanco rayo tocase la superficie de la esfera, la cual estaba bajo una inmensa presión, al igual que el compuesto y perverso ente, el cual seguía con su inhumana salmodia.

Centímetro a centímetro la distancia fue disminuyendo. Ya la totalidad de la perniciosa y espectral luz, se encontraba dentro de la esfera. Esta se agitaba llena de ira y exasperación. El abominable ser que la sujetaba se derrumbo, perdidas  sus fuerzas . . agotadas por la satánica esfera. Esta, por un momento se mantuvo en el aire, cimbreante, agitada, su zumbido fue  aumentando de intensidad, mientras que el luciente y rutilante rayo proveniente del crucifijo entraba en ella. En su interior el perverso rostro volvió a mostrarse. Su mirada maligna reflejaba un odio profundo y la demencial rabia que lo consumía. Por un momento, la esfera pareció brillar con una luminosidad deslumbrante, luego de pronto la luz se replegó hacia adentro y la  malévola esfera implosiono. La fuerza de la honda expansiva en una espiral demoledora arrastro en su interior el tenebroso vehículo, junto con sus perversos ocupantes, transportándolos al abismo de donde habían salido .

 Cuando el ultimo destello, de de la maléfica luz hubo desaparecido, el crucifijo  fue dejando de irradiar lentamente la resplandeciente luminosidad. Todo volvió a quedar en tinieblas, Herminda, pegada a la pared, suavemente fue resbalando por ella hasta acabar tendida en tierra. No noto como el pequeño crucifijo escapaba de su mano; se sentía tremendamente extenuada y pausadamente se quedo dormida.

Mel Domuro
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