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Inspectora Urbana Framil 1.

Inspectora Urbana Framil  1.

--Trabajaba de sol a sol. Los tiempos eran difíciles y yo tenía una inversión que había que sacar a flote -Hizo una pausa para dar una profunda calada a su cigarrillo, y luego de expulsar el humo por boca y nariz, continuo- Los colegas de Estados Unidos en casos como el mío, y así lo reflejan en una película de temática camionera titulada "El Perro negro", la cual esta protagonizada Patrick Swayze; acostumbran a decir que vieron al perro negro de la codicia. Ese gran perro que solo ves cuando los parpados te pesan, y sin sentirlo te sumerges en el más profundo y agradable de los sueños al volante de tu vehículo.
El, es el amo y señor de los codiciosos.
Un arma de doble filo, que igual te lo da como te lo quita.
Un acicate que te mantiene despierto y anhelante en la procura de hacer más y más viajes, más y más dinero, sin que en momento alguno llegues a preocuparte de tu propia seguridad ni de la de los demás. 
Yo caí en esa trampa. 
Yo fui codicioso.
Y yo lo vi..
Para mi desgracia, yo también vi al perro negro..
Salió de la nada, y lo vi correr hacia mi bajo la llovizna. 
Sus patas parecían no posarse sobre el asfalto mojado. Sus fauces abiertas y babeantes, dejaban entrever por entre sus rojizos belfos los brillantes y amenazadores colmillos, mientras que sus encendidos ojos iluminados por los faros halógenos de mi camión brillaban como ascuas en la noche oscura y orvallosa. Su inquietante presencia se hacía mas y más ominosa por momentos, hasta que todo ella pareció impactar contra el vehículo e incrustarse en el interior de la cabina. Pise a tope el pedal del freno, mientras reducía dos puntos la gama de velocidades y giraba bruscamente el volante hacia la derecha para evitarlo. Fue en ese momento, cuando el tráiler patino en el húmedo piso con un inquietante siseo de neumáticos, mientras que por la fuerte inercia comenzaba a cruzarse en la clásica tijera hacia el lado derecho.
Saliendo de mi inconsciencia me vi desbordado he incapaz de reaccionar a tiempo para evitar el desastre.
Mis facultades y mi pericia no estuvieron a la altura necesaria en aquellos momentos. El camión siguió deslizándose ya "atijerado" totalmente. La parte derecha de la cabina estaba prácticamente empotrada contra el semi-remolque. Debió de ser en ese momento cuando los anclajes de mi asiento saltaron, y lo último que recuerdo es verme lanzado de un lado a otro de la cabina, mientras que centelleantes lucecillas de diversas tonalidades se encendían y apagaban en la espesa negrura que poblaba mi mente. 
Cuando recobre el conocimiento iba camino del hospital en el interior de una ululante ambulancia. Tenia un ojo cerrado por culpa de la sangre que manaba de una herida abierta en la frente la cual, una persona embutida en una bata blanca trataba afanosamente de cerrar. 
Días más tarde sabría, que mi camión en su loco descontrol había arrollado un vehículo ocupado por un matrimonio de ancianos.
Ninguno de ellos sobrevivió. 
Callo de nuevo y aplasto la blanca colilla del Ducados en el amplio cenicero. Urbana noto en las inflexiones de su voz, el oculto dolor que los recuerdos de estos hechos producían en el alma del joven. 
La miro a los ojos larga y profundamente. 
Fue una mirada preñada de amor.
Una mirada cálida y confiada, que ella supo ver y apreciar en todo su significado. 
Alargó su brazo, y sus dedos se cerraron entorno de la cajetilla de cigarrillos.
Extrajo uno, y luego de compactarlo con dos suaves golpes en el dorso de su mano se lo llevo a los labios y le prendió fuego.
--Fumas demasiado.. -Observo Urbana con media sonrisa dibujada en sus gordezuelos labios.
Diego sonrió, y levantando la barbilla expulso una bocanada de azulado humo hacia el techo, he ignorando el comentario de la muchacha prosiguió.
---Meses mas tarde hubo una vista ante el juez, y al mes siguiente se celebro un juicio en el cual me encontraron culpable de homicidio imprudente..
Silencio.
No se movía una sola hoja en aquella tarde sin brisa.
En la zona de los corrales canto un gallo, y su alegre y desafiante "Kikiriqui" se expandió por la ribera, mientras que por el abierto ventanal entraba el laborioso zumbido de las abejas.
  ---Perdona!! Voy a buscar un poco de hielo. Este ya esta casi derretido.
Sus pasos -camino de la cocina- sonaban rítmicos en las losetas del largo pasillo.
Urbana, volvió su mirada hacia el embalse por encima de la artística baranda de madera, que separaba la amplia terraza porcheada de la pradera de césped bien cortado.
Esta se extendía a derecha é izquierda rodeando la casa, y luego descendía en suave pendiente hasta morir a los pies del grueso muro, que la separaba de las verdeazuladas aguas.
Sus vellos ojos recorrieron con perezoso mirar, la pequeña terraza de la cafetería y la línea de brillantes pantalanes que en ese preciso instante se balanceaban con fuerza sobre las aguas, merced a la estela originada por las hélices de una de las naves que acababa de iniciar su viaje internándose en el cañón.
El segundo catamarán, se mecía plácidamente amarrado al embarcadero en espera del desembarque de un pasaje y del embarque del siguiente, después de lo cual saldría tras el rastro de su compañero 
Su reducida tripulación -capitán, sobrecargo y azafata- cada uno en su puesto, se mostraban obsequiosos, agradeciendo cumplidos, devolviendo sonrisas y estrechando las manos que les tendían sus agradecidos pasajeros.
--Papito!! Papitoooo!!
Lo estridente e inesperado de la llamada sobresalto y saco bruscamente de sus cavilaciones a la muchacha, la cual giro sobre si con la mano apoyada en el pecho; mientras miraba con curiosidad y sorpresa a la autora de semejante sobresalto.
Esta a su vez había detenido su frenética carrera frente a la pequeña mesa, y llevándose una manita a la boca exclamo con los ojos muy abiertos.
--Perdón!!.
Urbana, conteniendo a duras penas una carcajada viendo el apuro y embarazo de la niña, exclamo condescendientemente con una radiante sonrisa iluminando su cara
--Perdonada..
Las dos se observando mutuamente durante un breve instante.
La niña, haciendo una graciosa reverencia y colocando luego las manitas cruzadas sobre su regazo, se presento:
--Buenaz tardez zeñorita, me llamo Tereza Roblez, aunque todoz me llaman Tere, poz no me guzta que me llamen Tereza, zabe uzte? -puntualizo muy dueña de si..
La muchacha esta vez no pudo contener una alegre y cantarina carcajada que reverbero gratamente en la quietud de la tarde. 
Cautivada por la frescura y la espontaneidad de la niña, hizo a su vez una obsequiosa reverencia y dijo:.
--Yo me llamo Urbana, Urbana Framil, soy amiga de tu papa y estoy de visita.
--Zi, te conozco.. Eres la chica del "feiz" de mi papito. El otro día tubo que zalir a ezcape y ze lo dejo abierto, y yo eztube huzmeando tuz cozaz.. -repuso seria, pero íntimamente sonriente y satisfecha de haberse apuntado un tanto ante la forastera.
Mel Domuro..

Copyright foto- https://www.transdelachica.es/

Declaro bajo juramento formal que todo lo que subo a este blog, es de mi autoría y soy dueño de todos los derechos...excepto los que manifiesto ser de otro autor.

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