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Momentos y sentimientos.

               
 
 
Esta entrada, mas bien es un comentario que por similitud con la entrada que mi amiga Julieta hizo en su blog http://julietaramirezdavid.blogspot.com yo le había dejado en el. Pero luego pensé que por lo que para mi significo y significa, bien merecía un ascenso y pasar de ser un simple comentario a ser una entrada en mi blog. 
 
Fue este un caso real, que personalmente me aconteció en la Ciudad de Orense, mas concretamente en el edificio que esta al lado de la oficina de Caixa Cataluña, situada en las confluencias de las calles Juan XXIII, Capitán Eloy y Calle del Progreso.
 
Fue este, un episodio de esos que dejan huella. Que por su sencillez y calor quieres guardarlo para ti y no sientes deseos de compartir con nadie, Porque sabes que te pertenece y es todo tuyo. Que te gusta acariciarlo en tu mente y guardarlo como un tesoro. No como un tesoro material desde luego, pero quizás me enriqueció mas como persona de lo que lo me hubiese enriquecido el tesoro que trajo a España desde las Indias La Santa Catalina. 
 
Mas bien es algo sublime, espiritual, algo que te realiza como ser humano, por lo que recordarlo es un bálsamo que te cura las cicatrices del alma. Quizás por este motivo (En ningún modo egoísta) tarde en contarlo, primero, a esa mujer tan amada que lleva tantos años compartiendo mi vida, -la cual me comprendió y me reconforto en la tristeza que me invadió por aquellos días- mas tarde a algunos compañeros y ahora lo cuento a quien lea estas sencillas líneas escritas por un conductor de camión, con mas voluntad que formación literaria o académica. 
 
Aquella mañana había dejado el camión en el Polígono de San Ciprian de Viñas, y me traslade a la Ciudad de Orense para visitar una oficina en la cual se dedicaban a gestionar cargas para transportistas, y ver si tenían algo para mi. Estaba esperando el ascensor que venia de bajada en compañía de tres o cuatro personas. Cuando la puerta se abrió surgió del interior un niño rubito y pálido de no mas de cinco añitos de edad. Venia de la mano de su abuela (Conjeturas mías, también podría ser una institutriz o algún otro familiar) una señora ya mayor pero de buen porte. Me miro, se desasió de su mano y vino corriendo hacia mi. Se abrazo a mis piernas y alzando su cabecita, me pregunto con ojos suplicantes, en los cuales se podían ver su ansiedad y su angustia por partes iguales.


  - ¡Papa!. . . ¿ Eres tu mi Papa?

Con una emoción inmensa ante esta pregunta, que más era una suplica, me arrodille a su lado para poder abrazarlo y con voz rota por la emoción le dije:

  - No, No soy tu Papa, pero estaría muy orgulloso de serlo.

 

Cuando su abuela lo cogió de nuevo de su manita, me miro a los ojos sin decir palabra,,,Pero leí en ellos un ternura tan grande que me hizo brotar las lágrimas. Los vi alejarse y salir del edificio y nunca más supe de ellos. No se que seria lo que torturaba la mente de este niño, ni cual seria su problema, fuese lo que fuese quiera Dios que haya desaparecido y tenga una infancia feliz y una vida sosegada y plena...
 
Para mi, el encuentro que tuve con el, ver sus anhelantes ojos y sentir sus pequeños brazos en torno a mi cuello en un reconfortante abrazo, me marco para bien. No hay un día en que no lo recuerde y  piense en el. y me pregunte donde y como estará. Para mi fue como si Dios me abrazase a través de aquel niño. Un abrazo que todavía siento. Un abrazo que me lleno. Un abrazo que también llego.. En un momento muy difícil para mi.
 
Han pasado los años. Estos cómputos de tiempo que usamos los humanos para marcar las etapas de nuestra vida, y los cuales se nos van sin darnos cuenta como arena entre los dedos. Ahora, soy un hombre de cuarenta y siete tacos, a ti te calculo unos dieciséis. Estas despertando a la vida, y todavía te queda mucho que vivir y aprender. Ojala esta te depare lo mejor y no maltrate tu alma ingenua y con el tiempo te de,,, la respuesta que tanto anhelabas.


¡Estés donde estés, un abrazo campeón !!.

 

Nota...
La imagen que ilustra esta entrada la recibí vía correo. Ignoro quien es el autor- autores o el pots de donde fue sacada para nombrarlo. Pero sea quien sea, supo captar fielmente (lo que yo sentí y trato de expresar) en la alegría, el dolor, ansiedad y angustia que embargaban a esta soldado Estadounidense en el reencuentro con su hija.
 
 
                                        ***
Declaro bajo juramento que todo lo que subo a este blog es de mi autoría y soy dueño de todos los derechos,,, excepto los que manifiesto ser de otro autor.
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